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Nutrición Enteral y Parenteral

Se abordará este tema, con el propósito recordar el impacto de la nutrición enteral y parenteral en el estado de salud de nuestros pacientes.

Actualmente, existe mayor prevalencia de enfermedades crónicas que afecta a la población mexicana, comprometiendo la calidad de vida y estado nutricional de los individuos que las padecen, así mismo, convirtiéndose esto un problema de salud pública, por lo que, es de suma importancia saber el tratamiento para tratar estás patologías. Se abordará este tema, con el propósito recordar el impacto de la nutrición enteral y parenteral en el estado de salud de nuestros pacientes.

Aquellas patologías de larga duración y progresión lenta, se les conoce como enfermedades crónicas, tal como el cáncer, Diabetes Mellitus (DM), enfermedades cardiovasculares, respiratorias y son ocasionadas por el estilo de vida y patrones de conducta de nuestra población (Barba, 2018) (OMS, 2019).

Cada año, fallecen alrededor de 41 millones de personas a causa de enfermedades no transmitibles (ETN) en el mundo, debido al alto consumo de tabaco, el uso nocivo del alcohol y los estilos de vida no saludables (OMS,2018).

Existen dos técnicas de soporte nutricional para pacientes que presentan problemas de deglución de alimentos y/o metabolismo de nutrimentos, cuyo propósito es cubrir los requerimientos nutricionales del paciente:

  1. Nutrición Enteral.
  2. Nutrición Parenteral.

Nutrición enteral. 

Este método consiste en la administración de sustratos directamente en el tracto gastrointestinal (TGI), por medio de una sonda gástrica, cuando no se logra satisfacer los requerimientos diarios por vía oral, para su indicación, se deben tomar en cuenta, la valoración nutricional, edad y diagnóstico de la enfermedad del paciente (Lama, 2017).

Si bien, existen diferentes tipos de fórmulas para este tipo de soporte nutricional y para su selección, dependerá del tipo de alimentación según el funcionamiento del TGI, la necesidad y patología del paciente, debe ser personalizada, y tomando en cuenta la cantidad y calidad de macronutrimentos (Escott, 2012).

Cabe mencionar que, se deben llevar ciertos cuidados durante esta terapia como, vigilar signos de intolerancia, posición del individuo, administración de agua libre adecuada, horarios y monitoreo de peso corporal (Escott, 2012).

En las últimas décadas, esta técnica se ha desarrollado bastante, permitiendo al individuo llevar una nutrición enteral domiciliaría, la cual, se recomienda cuando el paciente cuenta con una situación clínica estable y su patología esté controlada (Lama 2017).

 

Nutricion Parenteral. 

Este tipo de terapía nutricional consiste en la provisión de nutrimientos, a través de una infusión vía intravenosa, que se infunde en la sangre por medio de un catéter, cuyo fin es cubrir los requerimientos nutrimentales de pacientes que no logran cumplirlo, por vía oral o enteral, debido a la perdida de la función gastrointestinal.

Además, la nutrición parenteral no debe indicarse en periodos inferiores a una semana, y se debe efectuar la transición de vuelta a la alimentación enteral u oral. De igual manera se deben tener ciertos cuidados, como prevenir el síndrome de sobrealimentación, evitar infecciones o complicaciones causadas por este tipo de terapía y monitoreo de peso corporal (Moreno, 2010) (Escott, 2012).

Existe una estrecha relación de un alto riego de desnutrición con las patologías respiratorias crónicas, en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), se encontró evidencia que podrían mejorar el coeficiente respiratorio con fórmulas que presentaban un aporte bajo de Hidratos de Carbono (30% de kcal/24h) y alto aporte de Lípidos.

Además, en pacientes con insuficiencia respiratoria aguda (IRA), se recomienda la suplementación con ácidos grasos omega 3 (eicosapentanoico-EPA y docosahexenoico-DHA), ácido gamma linolénico (GLA) y antioxidantes.

Por otro lado, las indicaciones para pacientes con enfermedad hepática, debido al metabolismo a nivel muscular, una baja captación hepática y problemas de mala absorción, se utilizan formulas normoproteicas, con un alto contenido en aminoácidos de cadena ramificada (AACR) y lípidos en forma triglicéridos de cadena media (TMC), con una concentración baja de sodio para evitar edemas o ascitis (Peña, 2017).

Para concluir, debemos evaluar el estado de los pacientes, que requieren NE o NP, monitoreando su proceso y evolución durante la terapia ya sea hospitalaria o domiciliaria, con el propósito de brindar un soporte nutricio de calidad, además debemos fomentar los estilos de vida saludables, con el fin de prevenir las enfermedades crónicas degenerativas.

 

  • Autor:

L.N. Diana Carrillo

 

Bibliografía.
  1. Escott, S. (2012). Nutrición, diagnóstico y tratamiento. Barcelona: Wolters Kluwer.
  2. Evia, J. R. (2018). México y el reto de las enfermedades crónicas no transmisibles. El laboratorio también juega un papel importante. Revista Latinoaméricana de Patología Clínica, 4.
  3. More, R. A. (2017). Nutrición enteral. Protocolos diagnóstico-terapéuticos de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica SEGHNP-AEP, 385388.
  4. Peña, J. I. (2017). Fórmulas de nutrición enteral: revisión de la evidencia actual. Nutrición Clínica en Medicina, 179-181.
  5. Salud, O. M. (2019). Naciones Unidas. Obtenido de Naciones Unidas: https://www.who.int/topics/chronic_diseases/es/
  6. Salud, O. M. (06 de 18). Naciones Unidas. Obtenido de Naciones Unidas: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/noncommunicablediseases
  7. Villares, J. M. (2010). Nutricion Parenteral. Protocolos diagnósticos terapéuticos de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica SEGHNP-AEP, 393