La enfermedad inflamatoria intestinal (EII), que abarca la colitis ulcerosa (CU) y la enfermedad de Crohn (EC), es cada vez más común en el mundo desarrollado. La desnutrición es un problema significativo, siendo más frecuente en la EC debido a su capacidad de afectar todo el tracto gastrointestinal. En niños con EII, la desnutrición suele presentarse durante la enfermedad activa y es más prevalente en la EC. Esta puede derivarse de la ingesta oral reducida, mayores requerimientos de nutrientes y pérdidas gastrointestinales.
La atención nutricional es esencial para prevenir la desnutrición y deficiencias de micronutrientes, así como para promover el crecimiento en los niños. Aunque la obesidad no se asociaba históricamente con la EII, investigaciones recientes sugieren que puede empeorar los resultados, especialmente en la EC, donde se relaciona con menores tasas de remisión y mayores complicaciones.
INCIDENCIA/EPIDEMIOLOGÍA DE LA ENFERMEDAD INFLAMATORIA INTESTINAL
Adultos:
La incidencia es de entre uno y 1.5 por cada 100 mil habitantes en América Latina. La mayoría de quienes padecen estas enfermedades fuman y tienen antecedentes familiares directos (padres, hermano/as) con alguna patología inflamatoria.
Infantes:
Aproximadamente el 25% de los pacientes con EII se presentan antes de los 20 años. Entre los niños con EII, el 4% se presenta antes de los 5 años y el 18% antes de los 10 años, con el pico de aparición en la adolescencia. 2 La incidencia de la EII pediátrica es de aproximadamente 10 por 100 000 niños.
PREVENCIÓN DE LA ENFERMEDAD INFLAMATORIA INTESTINAL
El tabaquismo, el uso de antibióticos y la dieta son factores de riesgo potencialmente reversibles para la EII.
- Una dieta rica en frutas y verduras, rica en ácidos grasos n-3 y baja en ácidos grasos n-6 se asocia con un menor riesgo de desarrollar EII y, por lo tanto, se recomienda.
- La Organización Internacional para el Estudio de las Enfermedades Inflamatorias Intestinales recomienda disminuir los alimentos ultraprocesados en pacientes con EII.
- Los pacientes con EII corren riesgo de desarrollar desnutrición y, por lo tanto, se les debe realizar pruebas de desnutrición en el momento del diagnóstico y posteriormente de forma periódica.
- El aporte de energía debe ser de 30 a 35 kcal/kg/día, ya que los requerimientos energéticos de los pacientes con EII son similares a los de la población sana.
Si se presenta colitis ulcerosa el aumento del catabolismo es una consecuencia inevitable de la inflamación aguda.
En los niños con EII, el gasto energético total parece ser menor que en los controles sanos. La probable reducción del gasto energético en reposo observada en adultos con EC parece más prominente en niños y adolescentes.
- Los requerimientos de proteínas aumentan en la EII activa y la ingesta debe incrementarse (a 1,2 – 1,5 g/kg/d en adultos).
- Se debe recomendar la administración de suplementos de hierro a todos los pacientes con EII que presenten anemia ferropénica.
- Todos los pacientes con EII deben recibir asesoramiento individual por parte de un dietista como parte del enfoque multidisciplinario para mejorar la terapia nutricional y evitar la desnutrición y los trastornos relacionados con la nutrición.
- En pacientes con EII, se debe hacer todo lo posible para evitar la deshidratación.
CONCLUSIÓN
En conclusión, la prevención de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) es un proceso integral que implica la modificación de hábitos de vida y la atención nutricional. La identificación y el control de factores de riesgo como el tabaquismo y el uso de antibióticos, junto con una dieta equilibrada, son fundamentales para disminuir la incidencia de la enfermedad.
La implementación de un enfoque nutricional adecuado no solo ayuda a prevenir la desnutrición, sino que también apoya el manejo de la EII al satisfacer las necesidades energéticas y proteicas de los pacientes, especialmente durante períodos de actividad de la enfermedad. Además, el asesoramiento profesional es clave para guiar a los pacientes en la elección de alimentos que favorezcan su salud intestinal.
Al centrarse en estos aspectos, se puede mejorar la calidad de vida de los pacientes con EII y reducir el riesgo de complicaciones, haciendo de la prevención y el manejo nutricional un componente esencial en el tratamiento de esta condición.
Referencias:
- Stephan C. Bischoffa, Palle Bager. Marzo 2023. ESPEN guideline on Clinical Nutrition in inflammatory bowel disease. https://www.clinicalnutritionjournal.com/article/S0261-5614(22)00428-9/fulltext
- Michael J Rosen, Ashish Dhawan. Noviembre 2016. Inflammatory Bowel Disease in Children and Adolescents. https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC4702263/
E.L.N. Evelyn Rosas.