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MICROBIOTA INTESTINAL EJE MICROBIOTA-INTESTINO-CEREBRO

La microbiota intestinal, formada por billones de microorganismos, no solo influye en la digestión y el metabolismo, sino que también desempeña un papel fundamental en la comunicación con el cerebro a través del eje microbiota-intestino-cerebro. Esta interacción afecta la salud mental, la función cognitiva y el estado de ánimo. En los últimos años, la investigación ha revelado que la nutrición es un factor clave en la regulación de este eje, abriendo nuevas posibilidades terapéuticas para trastornos neurológicos y psiquiátricos.

PREVALENCIA DE TRASTORNOS MENTALES RELACIONADOS A LA NUTRICIÓN

•          Se estima que aproximadamente el 20-25% de los adultos en todo el mundo experimentan trastornos como ansiedad, depresión o trastornos del estado de ánimo, que están asociados con desequilibrios en la microbiota intestinal (disbiosis).

            •          La disbiosis y sus efectos sobre el eje intestino-cerebro pueden afectar tanto a hombres como a mujeres, pero los estudios sugieren que las mujeres son más vulnerables a los trastornos relacionados con el estrés y la depresión debido a factores hormonales, como las fluctuaciones en los niveles de estrógeno, que pueden interactuar con la microbiota intestinal

MICROBIOTA INTESTINAL: UN ECOSISTEMA CLAVE PARA LA SALUD

La microbiota intestinal es el conjunto de microorganismos que habitan en el tracto digestivo, incluyendo bacterias, virus, hongos y arqueas. Se estima que alberga más de 100 billones de microorganismos, lo que supera el número total de células del cuerpo humano. Cada persona tiene una microbiota única, influenciada por factores como la genética, el tipo de parto, el uso de antibióticos y, especialmente, la dieta. Un equilibrio adecuado en la microbiota es esencial para el funcionamiento óptimo del organismo

Las principales funciones de la microbiota incluyen:

            •          Digestión y metabolismo: Facilita la descomposición de compuestos complejos, como las fibras, y produce ácidos grasos de cadena corta (AGCC), esenciales para la salud intestinal.

            •          Síntesis de vitaminas: Participa en la producción de algunas vitaminas del complejo B y vitamina K.

            •          Modulación del sistema inmunológico: Ayuda a regular la respuesta inmune y a prevenir infecciones.

            •          Producción de neurotransmisores: Influye en la síntesis de serotonina, dopamina y GABA, que afectan el estado de ánimo y la función cerebral.

Cuando la microbiota se altera y pierde diversidad, se produce disbiosis, lo que puede contribuir a enfermedades metabólicas, digestivas y neurológicas.

EL EJE MICROBIOTA-INTESTINO-CEREBRO: UN DIÁLOGO PERMANENTE

El intestino y el cerebro están en constante comunicación a través del eje microbiota-intestino-cerebro. Esta conexión bidireccional permite que los microorganismos intestinales influyan en el sistema nervioso central y viceversa.

Existen diferentes mecanismos de comunicación dentro de este eje:

1.Comunicación a Través del Nervio Vago

El nervio vago es la principal vía neuronal que conecta el intestino con el cerebro. A través de él, las bacterias intestinales pueden enviar señales químicas que afectan el estado de ánimo, la percepción del dolor y el comportamiento emocional. Estudios han demostrado que la estimulación del nervio vago puede mejorar síntomas de depresión y ansiedad, lo que sugiere que la microbiota intestinal puede influir en estos trastornos a través de esta vía neuronal.

2. Producción de Neurotransmisores y Metabolitos

Muchas bacterias intestinales tienen la capacidad de producir neurotransmisores que influyen en la función cerebral. Por ejemplo:

            •          Serotonina: El 90% de la serotonina del cuerpo se produce en el intestino. Su equilibrio es clave para regular el estado de ánimo y el sueño.

            •          Dopamina: Relacionada con la motivación y el placer, también puede ser modulada por la microbiota.

            •          GABA: Un neurotransmisor que ayuda a reducir la ansiedad y el estrés

MICROBIOTA Y TRASTORNOS NEUROLÓGICOS

Numerosos estudios han explorado la relación entre la microbiota intestinal y diversas condiciones neurológicas y psiquiátricas

1. Depresión y Ansiedad

Investigaciones recientes han encontrado que las personas con depresión tienden a tener una microbiota menos diversa. Además, la disbiosis puede afectar la producción de serotonina y aumentar la liberación de cortisol, lo que exacerba los síntomas depresivos y ansiosos.

Algunos estudios han demostrado que los psicobióticos (probióticos con efectos en la salud mental) pueden mejorar el estado de ánimo y reducir la ansiedad.

2.  Autismo y Trastornos del Neurodesarrollo

La microbiota intestinal también está implicada en el desarrollo cerebral. Se ha encontrado que niños con trastorno del espectro autista (TEA) presentan alteraciones en la composición de su microbiota, lo que podría contribuir a dificultades en la comunicación y el comportamiento.

3. Enfermedades Neurodegenerativas

La disbiosis intestinal ha sido relacionada con el desarrollo de enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson. En estos casos, se ha observado un aumento en la inflamación sistémica y una alteración en la barrera hematoencefálica, lo que favorece la progresión de la neurodegeneración.

Nutrición para un Eje Intestino-Cerebro Saludable

La alimentación juega un papel clave en la modulación de la microbiota y su influencia en la función cerebral.

1. Consumir Prebióticos

Los prebióticos son fibras que alimentan a las bacterias beneficiosas. Se encuentran en alimentos como:

 Plátanos, Ajo y cebolla, Espárragos, Alcachofas, Legumbres

2. Incluir Probióticos

Los probióticos son microorganismos vivos que pueden mejorar la diversidad microbiana y beneficiar la salud mental. Fuentes recomendadas:

Yogur natural, Kéfir, Chucrut

3. Priorizar Ácidos Grasos Omega-3

Los ácidos grasos omega-3 tienen efectos antiinflamatorios y pueden mejorar la comunicación del eje intestino-cerebro. Se encuentran en:

 Pescados grasos (atún, sardina), Linaza y chía, Nueces

4. Consumir Polifenoles

Los polifenoles son antioxidantes que favorecen la microbiota y protegen el cerebro del estrés oxidativo.

Fuentes clave:

Té verde, Cacao, Frutos rojos, Cúrcuma

Conclusión

El eje microbiota-intestino-cerebro es una conexión esencial para la salud física y mental. La microbiota intestinal no solo influye en la digestión y el sistema inmune, sino que también tiene un impacto directo en la función cerebral y el bienestar emocional.

Adoptar una alimentación equilibrada, rica en prebióticos, probióticos, omega-3 y polifenoles, puede ayudar a mantener una microbiota saludable y, en consecuencia, mejorar la salud mental y neurológica. El cuidado de la microbiota representa una estrategia prometedora para prevenir y tratar diversos trastornos, desde la ansiedad y la depresión hasta enfermedades neurodegenerativas.

REFERENCIAS

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E.L.N Casandra Monserrat Sandoval Vasquez